domingo, 17 de mayo de 2009

Mgoun Ride. Día 3º.- Cumbre

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“Qué alguien rompa ese despertador!”, ese ha sido mi primer pensamiento, son las 5 de la mañana, aún en absoluta obscuridad y el despertador sigue sonando. A las 5:15 suena otra vez, ya empezamos a gruñir un poco. Todo está helado incluso el interior de la tienda por la transpiración. A las 5:30 ya estamos hablando, la luz empieza a salir, el Mgoun se presenta majestuoso ante nosotros.

Salimos de los sacos, sacudimos el hielo como podemos y desayunamos algo, más café con barritas, a vestirse y a andar, el frio es enorme, al menos hasta que el sol empieza a calentar. No creemos que nadie pase en todo el día por donde estamos, así que dejamos la tienda montada y todo dentro, nos subimos con lo imprescindible para hacer cumbre y regresar, nos espera una muy dura jornada.

A las 6, como habíamos planeado, empezamos a andar, como me encuentro con fuerzas digo que me gustaría hacer la cuerda entera –o casi-, del Mgoun y lo atacamos por una tortuosa pedrera hacia la izquierda, el sol despunta sobre las cumbres de las montañas.

La subida es realmente infernal, al menos 700 m. de desnivel por una pedrera, podríamos coger por los neveros, pero Simo no tiene ni botas impermeables ni crampones, y aunque la nieve está bien y le dejo mi Piolet –yo me siento seguro con mis botas y la nieve está perfecta-, sólo pisamos la nieve cuando no hay más remedio. De esta forma, la subida es lenta y fatigosa, con muchos resbalones, piedras que se van, pasos perdidos y mucho esfuerzo.

En los últimos tramos la nieve la lo cubre todo, y así avanzamos más cómodos al ir haciendo escalones con nuestras pisadas –aunque los pies de Simo luego lo pagarían, con unas ampollas monumentales por la humedad y el frio, que valor-.

Llegamos por fin arriba, a la cuerda, la vista de esta con la cumbre al final es enorme y el que no haya nadie más que nosotros hace la sensación de aventura todavía mayor. Hace un fuerte viento, que ya nos acompañará hasta la cumbre, pero esto no hace más que incrementar la experiencia. Las condiciones son muy buenas y nos ponemos a andar por la cuerda, hay tres picos antes de hacer cumbre, y aunque hemos tardado más de lo previsto en subir, estamos con ganas y fuerzas para llegar hasta el final.

Aunque parece cerca, tardamos al menos hora y media hasta arriba, hay zonas fáciles y rápidas, pero otras por la mucha nieve, mucho viento o la fuerte pendiente, se hacen algo lentas y cansadas, y debemos tener mucho cuidado.

Y a las 11, con gran alegría pero algo cansados, llegamos a la cumbre de Mgoun. El fuerte viento nos impide disfrutar relajadamente del momento, pero sacamos unos minutos para intentar disfrutar del momento, hacernos unas fotos y recuperar algo de fuerzas. Vamos retrasados y todavía nos queda un largo camino de vuelta.

Volvemos por la cuerda pero Yess, a mitad de camino, cuando ve las laderas cubiertas de nieve, decide bajar resbalando por ellas, son unos 400 m. pero usando su piolet como timón y freno es algo fácil. Simo le sigue, es su primera vez y pone cara de respeto y excitación. Yo no tengo Piolet así que busco una pedrera y decido bajar por ella a saltos, lo he hecho otras veces y si las piedras están sueltas es lo más cómodo y rápido. Además mucho menos peligroso que hacerlo andando, ya que la fuerza del salto hinca los talones entre las piedras, impidiendo resbalones y así caer. Es como subir escalones a saltitos y hacia atrás, eso sí, acabas muy cansado.

A las 12 pasadas nos encontramos los 3 en la tienda, yo he bajado algo más a la derecha, para no perder la altura del campo así que recupero su bajada resbalando. A las 12:30 ya hemos recogido la tienda y material y nos vamos, todavía nos quedan un par de horas hasta el campo base. Como es todo bajada y me encuentro fuerte –y feliz por haber sido capaz al final de subir- cargo yo con la tienda. Cogemos un buen ritmo de bajada y reducimos el tiempo que tardamos hasta el campo base a 90 minutos, juntándonos con el resto de la expedición a las 2. Ahora si estoy algo cansado, lo mismo que Simo y Yess, pero tenemos que seguir hasta los coches. Ahora tenemos que subir otros 500 m. de desnivel y luego bajar casi 1000 m. en varios kilómetros de recorrido.

El collado, y aunque no vamos cargados, se hace algo duro –llevamos casi 3000 m. de desnivel en 2 días, 1500 en las últimas 8 horas, y las piernas lo notan-. Los últimos metros del collado son infernales –no tenemos ni fotos hechas :-DDD

Tras el collado, a las 4 de la tarde, todavía nos quedan un par de horas hasta el coche, pero hemos decidido llegar. Estoy tan cansado que aumento el paso para ver si llego lo antes posible, y en los descansos que hacemos, cierro los ojos para ver si me duermo y aparezco en el coche. Es lo único que me da energía, pensar en llegar al coche, estirar el saco y dormirme dentro un buen rato.

A las 5 creo que ya llegamos, y de repente veo que no, que este era el primer pueblo que cruzamos a la ida, y que todavía queda un buen trecho.

A las 6 por fin vemos Tasgaiwalt, los niños juegan en las calles, las niñas y mujeres están recogiendo agua, todo es maravilloso, sobretodo la visión de mi coche. Unos minutos más y ya he llegado, lo he logrado, lo que pensaba imposible el primer día lo he hecho, me siento feliz, por eso, y porque voy a descansar un buen rato.

Hannou nos invita a cenar en su casa, le digo que sí, pero que necesito unas tres horas para recuperarme, y en eso quedamos. Han sido 12 horas de pateo –de 6 a 6, sin descansar más de 15 minutos- y estoy fundido.

Un placer entrar en el saco, no estoy roto como el primer día, sino muy cansado y feliz a la vez, y con ese pensamiento, sonriendo, me he dormido.

Luego vendría una maravillosa cena, con la anécdota de que apareció el dueño de la Tetera que Abderahmon había cogido y cuando vio que la había estado utilizando, quería cobrarle… por usar eso!!!

:-DDD

Luego vendría la despedida de los muleros, muy emotiva también ya que nos habíamos caído muy bien, luego un sueño muy largo y reparador, luego un desayuno en casa de Hannou y dos días de descanso en casa –que contaré en otro post como principio-. Luego vendrían más aventuras, pero esta, la subida al Mgoun, tan deseada desde hacía 1 año al menos, ya estaba en mí.

Gracias a todos los compañeros de expedición, a Hannou y Abderahmon por su ayuda con las mulas, a Yola e Iratxe, a Driss, y principalmente a Simo y a Yess por su ayuda en la subida a la cumbre.

Abril 2009.

Fer

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